
El error más grande lo cometes cuando,
por temor a equivocarte, te equivocas
dejando de arriesgar en el viaje hacia
tus objetivos.
No se equivoca el río cuando, al encontrar
una montaña en su camino, retrocede para
seguir avanzando hacia el mar; se equivoca
el agua que por temor a equivocarse, se estanca
y se pudre en la laguna.
No se equivoca la semilla cuando muere
en el surco para hacerse planta; se equivoca
la que por no morir bajo la tierra, renuncia
a la vida
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